Alan Ruschel rompe en llanto durante la conferencia de prensa.
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Entre lágrimas, Alan Ruschel promete que hará "todo para volver a jugar"

El sobreviviente de la tragedia del avión de Lamia ofreció rueda de prensa tras ser dado de alta.

El jugador brasileño Alan Ruschel prometió volver a jugar fútbol en medio de las lágrimas, al ser uno de los seis sobrevivientes de la tragedia aérea del equipo brasileño del Chapecoense en el Cerro Gordo del departamento de Antioquia, en Colombia. 

El defensor realizó este sábado una rueda de prensa por primera vez desde que se presentara el siniestro, ante una gran cantidad de medios de comunicación, donde el jugador no aguantó y rompió en lágrimas al realizar la promesa. 

"Haré todo lo posible para jugar fútbol.  Pero debe ser con paciencia para poder darle una alegría a la gente de aquí", expresó. 

El jugador comentó que no tenía formas de explicar las razones que tuvo el destino para dejarlo vivir a un accidente donde fallecieron casi todos sus compañeros. En esta tragedia fallecieron, en total 71 personas.

"No existen palabras para contar lo que estoy sintiendo. Es una mezcla grande de sentimientos: una alegría por estar aquí de nuevo, pero al mismo tiempo un luto por haber perdido tantos amigos", dijo. 

"En el momento en que cayó el avión, Dios me puso en su regazo y me dijo que tenía más misiones en la tierra, por eso él no me llevó. La única explicación es la de los milagros: el de estar vivo y el de estar andando", agregó. 

Reveló que si no hubiera sido porque coincidencialmente cambió de silla antes de despegar en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, seguramente no estaría contando esta increíble historia.

"Cuando llegamos a Santa Cruz de la Sierra, antes de subir al avión, Cadu (uno de los directos del club) pidió que me sentara más adelante. Yo estaba sentado atrás, pero él quería dejar a los periodistas en el fondo. Al principio, no quise moverme. Pero ahí, Follmann me insistió para que me sentase con él. Y ahí dejé mi lugar y fui. Esa es la parte que recuerdo. Después, estaba mi esposa Marina hablándome en el hospital".

Por último dijo haber aprendido una importante lección de vida. 

"Estaba yendo a jugar un partido...uno no sabe si va a volver, no sabe lo que va a pasar en los próximos diez minutos. Eso me queda de lección: aprovechar la vida y hacer el bien. Lo que hicieron conmigo en estos días no tiene explicación: cómo me trataron allá (en Colombia), aquí, lo que los médicos hicieron por mí. No tiene explicación", cerró. 

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